Hola a todos y a todas:
Hoy venimos a hablaros de los límites, puesto que son imprescindibles en la vida y es fundamental trabajarlos desde edades tempranas.
Los límites son necesarios para nuestro día a día debido a que somos seres sociales y debemos aprender a vivir en sociedad, llevando a cabo una sana convivencia.
Asimismo, gracias a los límites nos sentimos seguros y nos permiten situarnos en nuestro contexto; hasta dónde podemos llegar.
¿Qué son los límites?
Los límites son normas o pautas que se les proporciona a los niños y niñas con el objetivo de que puedan crecer libremente ayudándoles a ser autónomos y desarrollando las habilidades sociales.
Con el establecimiento de los límites se puede lograr que los/las menores se sientan seguros y seguras dentro del espacio y que poco a poco vayan aprendiendo que existen barreras y muros: los límites.
¿Son necesarios para los niños y las niñas?
Gracias al establecimiento de los límites hacemos que los/las menores se sientan seguros y protegidos debido a que saben y conocen hasta dónde pueden llegar.
Además, desde edades tempranas empiezan a conocer y a comprender el mundo que les rodea entendiendo e integrando las normas y pautas sociales. De esta manera, se trabaja la capacidad o habilidad de la tolerancia/manejo a la frustración; entendiendo que no siempre conseguirán lo que ellos o ellas quieran o deseen.
Una ausencia de normas y límites en el entorno social (familiar, escolar, social, etc.) hará que el menor o la menor no se siente seguro/a y acabe teniendo conductas no adecuadas.
¿Por qué es necesario marcar límites?
- Su seguridad aumenta
- Conoce e integra las normas sociales: no solo en el contexto del hogar sino en todos los demás
- Enseñan al niño/a a tolerar la frustración
- Les enseñamos a vivir en sociedad y con personas diversas
- Ayudan a controlar la frustración, el enfado, la rabia…
- Favorece el desarrollo emocional
- Ayuda a la capacidad comunicativa
- Les transmitimos valores: siempre y cuando los límites sean adecuados y necesarios
- Si el límite va acompañado de una explicación empezarán a comprender las razones y el mundo que les rodea
¿Cómo debemos poner los límites?
Desde siempre se ha dado una tendencia de poner y establecer límites de manera negativa: “NO saltes”, “NO pintes ahí”, “NO grites”, “Si sigues así te voy a castigar”, “Como no hagas la tarea te quito la radio”, entre otros. Hoy os proponemos darle la vuelta a la tortilla:
¿Por qué no comenzamos a poner límites de una manera positiva? ¿Cómo lo podemos hacer?
Como hemos comentado anteriormente vivimos en una sociedad repleta de límites. De este modo, muchas veces tendemos a poner demasiado límites y a los/las menores les cuesta diferenciar los necesarios y los que no lo son. Por esa misma razón, los/las adultos/as tenemos que ayudarles a que comprendan cuáles son las razones de los límites: ¿Por qué?:
- Los límites deben ser concretos, concisos y necesarios
- Todos ellos deben ir acompañados de una explicación para que puedan entender el porqué: normalmente se suele poner este tipo de límites “¡NO TE SUBAS A LA MESA!”, analizándolo estamos mandando un mensaje negativo y quizás podemos conseguir lo mismo diciéndolo de esta manera: “Si te subes a la mesa puede que te hagas daño, si quieres escalar ¡puedes subir a la silla!”
Una alternativa para esto puede ser la Disciplina positiva que consiste en cambiar el lenguaje sobre las órdenes que damos.
¿Alguna vez os habéis parado a pensar en cómo establecemos los límites?
Os animamos a que os auto-analicéis y reflexionéis sobre ello. Normalmente, los/las niños y niñas realizan las acciones desde una inocencia infantil que se debe tener en cuenta ya que ayudará tanto a los/las menores como a los adultos.
A menudo las inseguridades de las familias son transmitidas inconscientemente a sus hijos e hijas: “¡Te vas a caer!”, “Te vas a hacer daño¡”, “¡Si sigues así acabarás llorando!. Con este tipo de frases queremos proteger y lo que conseguimos es desproteger.
¿Dónde queda la confianza hacia los niños y niñas? ¿Estamos educando y creando menores seguros/as de sí mismos/as?
Antes de poner un límite tenemos que hacer una breve reflexión y auto preguntarnos si es necesario ese límite y si realmente existe el peligro, para ello, a continuación os dejamos varios ejemplos:
NO HACER
¡NO te subas al árbol te vas a caer!
¡NO me grites!
¡NO te sientes ahí!
HACER
Si te apetece escalar puedes subirte al parque
Prefiero o me gustaría que me hablases más bajito
Mejor ponte de pie, si te sientas te vas a manchar de barro
¿Cómo podemos trabajarlos?
Los límites se pueden trabajar de manera formal en el día a día o de una manera más informal, mediante juegos. Os proponemos diferentes juegos en los que se trabajan los límites, las normas y las pautas:
- “Simon dice”: el juego consiste en decir “Simon dice” y debemos hacer lo que Simon nos comenta
- Juegos de mesa
- Juegos de movimiento: pilla-pilla, escondite, carabin-caraban, stop, entre otros.
- Recetas: hay que seguir unas normas y existen límites: no puedes echar sal en vez de azúcar.
- Realizar manualidades
- Tareas del hogar
Como habéis observado anteriormente, el mundo de los límites es muy complejo y debemos trabajarlos con paciencia y conciencia. Para ello, nos gustaría compartir con vosotros una frase en la que se pueden apreciar una realidad o situación que vivimos día a día:
“Insistimos en preparar el camino (la vida) para la criatura, en vez de preparar a la criatura para el camino”
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